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martes, 3 de marzo de 2015

Capitulo 3

- Angie, ¿terminaste de guardar el pastel?- Me preguntó Larry.
-Si si, ¿sabes a que hora llegará María?
- Me dijo Angust que ya había salido para acá.
- Genial!
Era un día muy lluvioso, por lo tanto, no había mucha gente que viniera a la pastelería. Igualmente Charlie me mandó a que me encargue de estar en la caja. 
Me senté en un banco alto que estaba cerca del mostrador y agarré mi cartera, de ella saque una revista Vogue, 
Me puse a leer esperando el milagro de que alguien apareciera, solo para no aburrirme.
En ese momento escuché el ruido de la puerta y una voz un poco familiar, que dijo mi nombre.
Levanté la vista para ver quien era. Jefferson. Me miraba fijamente con sus ojos celestes.
- Jefferson-dije sorprendida- Qu-que haces aquí?
- Vine a buscar el pastel de María.
- Y ella?
-No pudo venir, y le dije que yo podía pasarme - dijo serio, tiene una voz tan seductora.
- Ah... Le voy a decir  a Angu- No pude terminar la frase porque apareció Larry.
-Angie... Quién es él?- Preguntó indiferencia.
- Un amigo de María, Jefferson- dije- Vino a buscar el pastel por ella.
- Ven, te llevaré con Angust, él se quedo con el pastel- dijo Larry apresurado.
- No hace falta, Angela estaba por hacer eso mismo- dijo Jefferson, mirándome fijamente.
- Te puedes quedar en la caja por un momento Larry?
- Si claro Angie... como quieras.
Le dije a Jefferson que me siguiera, él lo hizo. Ninguno de los dos hablábamos mientras caminábamos por el pasillo que lleva a la cocina, hasta que le pregunté:
- Una pregunta, de curiosa, ¿Le pasó algo a María que no pudo venir?

-Nada, le dije que vendría yo, que no se preocupara - dijo poniendo esa sonrisa misteriosa.
- Po- por qué?
- Porque quería volver a verte- Me dijo, me tomo del brazo y me dio vuelta para que lo mirara.
Quedamos frente a frente. Sus ojos celestes me hipnotizaban.
Pasó su mano por mi brazo. Se me erizó la piel, sentía que mi sangre corría por mis venas más rápidamente. Quería besarlo, pero no iba a hacerlo.
De repente apareció Angust. Mierda
- Jefferson ya esta listo el pastel, pasa- dijo mientras sostenía la puerta de la cocina, para invitarlo a pasar.- estamos terminando de cargarlo en el camión.
Me reí nerviosa. Jefferson me miró y siguió a Angust. Los seguí callada.
Entramos en la cocina, me quedé en la puerta observando a Jefferson desde lejos. Vi que sacó una cosa del bolsillo y lo guardó en su saco, luego se lo saco y lo dejo sobre una silla. 
En ese instante llegó Larry, quien me golpeó con la puerta.
-Perdón Angie, pero que haces parada atras de la puerta, vos tambien- me dijo y se rio.
-si, perdón - Me reí
- Recuerda que hoy salimos
- sisi, a donde vamos?
-Eso es una sorpresa.
La actitud de Larry cada vez me ponía más nerviosa. No quería nada con él.
Jefferson entró por la puerta de atras, donde esta el camión.
- Gracias por todo Angela, ya debo irme - me dijo y me besó en la mejilla. Fue tan inesperado que no supe como reaccionar. Luego se alejó, salió y se subió al camión con Angust.
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El local casi cerraba. Larry y yo estábamos sentados frente al mostrador:
- Chicos! ya pueden irse- nos dijo Charlie.
- Genial, vamos? - me dijo Larry
- Sisi dale- en ese momento recordé que había dejado la cartera atrás.- Me olvide la cartera, la voy a buscar y vengo.- Le dije mientras me levantaba de la silla.
Fui atrás, busque con la mirada la cartera, cuando vi sobre la silla el saco de Jefferson. Lo tomé. Tenía su perfume, olí un poco y lo abrasé con mis dos manos, apretándolo contra mi pecho. 
Metí la mano en uno de los bolsillos, dentro de el, encontré una tarjeta con su número. Saqué mi celular y agregué el numero como contacto. Quería llamarlo, pero ahora no podía, tenia que salir con Larry. Cuando me percate de esto, me acordé que Larry me estaba esperando. 
Llevé rápidamente el saco a mi locker (todos tenemos una especie de armario, por si queremos guardar algo en el trabajo) lo cerré con el candado y fui de nuevo adelante.
- Ya estas lista?, tenes todo?- Me preguntó Larry. "Más que todo" pensé.
- sisi - me rei por lo bajo.
Salimos del local y en la puerta estaba su auto, era un ford fiesta del 2011 en color azul. Me abrió la puerta. Me subí, y cuando ya estaba todo listo, arrancamos.
Fuimos a una pizzería que quedaba cerca de mi casa, nos sentamos en una mesa cerca de la ventana.
Pedimos una pizza de muzzarela con palmitos, mi pizza favorita.
mientras esperábamos la comida:
-Asi que, que onda con este tipo nuevo... Jefferson?- tomé un sorbo de agua nerviosa.
- Ninguna 
- Ah si?
- Si pasara algo te contaría, sos como mi hermano
- Ese es el problema...-dijo mientras miraba su vaso de cerveza.
- Cuál?
- Angie - Me tomó de la mano- yo no te veo como...- antes de que terminara la frase lo interrumpí nerviosa.
- Qué raro que todavía no hayan traído la pizza, no?
- Enserio, Angie, necesito decírtelo, me gustas.
Y ahí estaba yo, sentada enfrente de él escuchando las palabras que más miedo me daba que dijera.
- Es que Larry, me halagas, sos muy tierno, pero yo... no puedo.
- por que no podes?
- Es que no te veo como otra cosa que no sea un amigo o un hermano, perdona.
Suspiró- esta bien, creo que fui demasiado directo, supongo que podré acostumbrarme.
- Yo no quise que pasara esto - dije culpable
- no, no es tu culpa, me apresuré demasiado en decírtelo.
Fue una cena incomoda, ninguno de los dos hablábamos. Terminamos de comer. Larry pagó y me dijo:
- Vamos te llevaré a tu casa, necesito estar solo- se levanto de la mesa y yo lo seguí.
Me subí al auto, seguíamos sin hablarnos, y en un abrir y cerrar de ojos llegue a mi casa.
Bajé del auto y desde la ventana lo saludé y le volví a pedir perdón.
- No es tu culpa, esta bien- me dijo bajoneado y se fue.
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Entré a mi departamento no muy contenta por lo que acababa de pasar. Era temprano, las 11 de la noche.
Me desplomé en el sillón a ver un poco de tele, eso me despejaría, puse el canal que veo siempre, pero estaba en propaganda. Mientras tanto, tome mi celular y revisé el inicio del instagram, y recordé: "el número de Jefferson"
No me animaba a llamarlo, pero quería hacerlo, quería escuchar su voz.
Fui a la cocina y me serví una copa de vino tinto para relajarme. Me senté en el desayunador. Busque su contacto y toque "llamar". Me invadían los nervios.
Y ahí estaba yo, con una copa de vino, sentada y escuchando el tono del teléfono.

Lo subo hoy el capitulo, porque quizá mañana no puedaa, disfrútenlo besos! :)